10K por el 104 aniversario de River Plate - 29/05/2005
Para empezar, la carrera siempre empieza desde temprano. A las 7 arriba a pesar de haberme acostado a las 2AM gracias al Espisodio 3 de la magnífica Star Wars. A levantar a la family -gracias, son de fierro! y con yapa esta vez: Gabo, el montañista tandilense y gran amigazo de la casa-, a buscar el auto, desayuno en base a tecito y galletitas de agua, TMagnesiano y barra hiperproteíca. Delicias...
Llegamos al estadio más lindo de la argentina con tiempo. Hice una buena entrada en calor, superé el miedo del dolor en la rodilla -regalo del futbol de los viernes- y a prepararse. La gente distendida, contenta y esta vez, millonaria, se agolpó sobre la salida esperando la largada. Eramos una verdadera banda -roja y blanca!-. El día aguantaba milosagrosamente, la lluvia estaba en puerta y la humedad nos regalaba un veranito de 21 grados extraño.
Sonó el disparo de salida con un "vamos Riverplei... riverplei, rivervei, VAMOS RIVERPLEI!" a las 10:45. Rojo y blanco tiñieron Alcorta en dirección contra el tráfico. En seguida nos topamos con los corredores de 3000 metros que ya pegaban la vuelta y nos rozaban en sentido contrario. El primer kilometro lo pasé en 4 minutos, bajo control, y enseguida los jardines y los lagos de palermo nos rodearon. Bajé a 4:20, economizando. Igual los 2 kilometros siguientes. La mañana se teñía de un sol impensado. Bordeando el hipódromo promediamos la mitad de la carrera un tanto confundidos por los relojes electrónicos que para mí estaban mal acomodados. Señalaban cada kilometro? Creo que no. Relojeando el tiempo, sin planes de exigirme para evitar males mayores, crucé los 5 con 21 minutos y medio. Conforme y eludiendo la sensación del cansancio y el acecho de la humedad, levanté la cabeza y empecé a disfrutar del golf, de la arboleda, de las calles curvadas y silenciosas. Kilometro 7, el final se acercaba, había que acelerar, tratar de terminar mejor de lo planeado. Hacerlo por River, por la familia que acompaña siempre, por uno mismo. Lo intenté al menos y alcancé el kilometro 7, el 8 y el 9, en 4:10. La recta de Alcorta y ver el estadio al fondo me motivó. A la basura con los cuidados, estiré el tranco, le dije al corazón que aguante y corrí lo más rápido que pude ese ultimo kilometro. Creo que lo puse en 3:45, 3:40 con el sprint final. Y crucé la meta teñída de gloriosos colores y escudos gallinaceos cansado pero contento. La organización esmerada, el calor de la gente y la lluvia que se aguantó para explotar fueron los detalles lindos del domingo. Lástima que por mi número (3131) no recibí remera. ¿Alguien regala alguna? ¿Vende, canjea? Mi tiempo final: 41:50, mejor de lo que creía. Los sorteos por la tele y demás me esquivaron como siempre. Qué va hacer, todo no se puede.
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